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Soñé que despertaba en una ciudad, que podría haber sido la Ciudad de México, quizás algún lugar cercano al centro de Tlalpan pero quién sabe. El clima era frío, con una humedad del tipo de los puertos en tiempos de tormenta, donde la brisa no es tierna, sino áspera, cortante. La luz era azul, media luz, de un azul con gris, que me provocaba una extraña sensación, quizás estaba a punto de anochecer. Yo corría a través de las calles absolutamente vacías, sin saber muy bien el motivo y el piso era suave a mis pasos, pasos que provocaban que las calles mismas se deformaran con ondulaciones cada vez mayores. Me detuve en un árbol que era todo raíz, sin entender nada. Llovía, llovía constantemente y mi cuerpo temblaba haciendo temblar mi alma también... no de un frío que se halle en el espacio, sino de un frío que está en observar la lluvia.